¿Vas a comprar o vender en España? ¡Atención! El notario no funciona como en Francia.
Cuando uno se lanza en un proyecto inmobiliario en el extranjero, tiende a pensar que el proceso será igual que en su país.
Sin embargo, en España, el papel del notario es muy diferente al que conocemos en Francia, y conviene entenderlo bien.
Aquí, el notario es obligatorio, pero su intervención se limita a lo esencial: autentificar la escritura de compraventa y verificar su validez legal.
No hay acompañamiento personalizado, ni asesoramiento detallado, y sobre todo, no hay garantía de que todo haya sido comprobado previamente.
Entonces, ¿qué precauciones hay que tomar para evitar errores o fraudes? ¿Y quién puede acompañarte para asegurar tu compra?
A continuación te explicamos todo lo que debes saber antes de firmar.

En un mercado inmobiliario en constante evolución, comprender las particularidades locales es la clave para transformar un proyecto en un éxito duradero y tranquilo.
¿Cómo funciona el trámite ante el notario español?
El papel del notario en España: las principales diferencias con Francia
Comprar o vender una propiedad en el extranjero siempre supone un desafío, sobre todo a la hora de entender el papel de los distintos profesionales implicados.
Entre ellos, el notario ocupa un lugar central, pero sus funciones varían mucho de un país a otro.
En España, al igual que en Francia, su intervención es obligatoria, pero sus responsabilidades y nivel de implicación son muy distintos.
Por eso, tanto para compradores como para vendedores, es fundamental conocer estas diferencias para evitar sorpresas y asegurar una transacción fiable.
Una presencia obligatoria, pero un papel más limitado
En España, el notario es imprescindible únicamente en el momento de la firma de la escritura pública de compraventa(escritura pública).
A diferencia de Francia, no participa en la negociación ni en la preparación del expediente previo.
Sus funciones se centran principalmente en tres aspectos:
Verificar la identidad de las partes implicadas en la operación.
Comprobar la legalidad del inmueble (propiedad, cargas, hipotecas, etc.).
Registrar oficialmente la venta en el Registro de la Propiedad.
En Francia, en cambio, el notario desempeña un papel mucho más amplio: redacta el precontrato (compromis de vente), recopila todos los documentos administrativos necesarios y garantiza la seguridad jurídica del proceso.
Actúa como un verdadero acompañante durante toda la compraventa.
Formalidad y asesoramiento limitado
El notario español es ante todo un funcionario público encargado de garantizar la legalidad del documento que autentifica.
No obstante, no tiene un deber de asesoramiento tan amplio como el notario francés.
No interviene en la negociación ni representa a ninguna de las partes de forma específica.
En la práctica, esto significa que:
Si compras una propiedad en España, es altamente recomendable contar con el apoyo de un abogado o una agencia inmobiliaria de confianza que revise todos los documentos antes de la firma.
Este enfoque más formal y menos protector exige una mayor vigilancia por parte del comprador o del vendedor.
Costes y procedimientos diferentes
Los honorarios notariales en España son generalmente más bajos que en Francia, ya que cubren únicamente el coste de la escritura y las gestiones de registro.
En promedio, representan entre el 0,5 % y el 1 % del precio de venta del inmueble.
A estos costes se añaden otros gastos relacionados con la operación: impuestos, honorarios de abogado, comisiones de agencia y gastos de inscripción en el Registro de la Propiedad.
Una particularidad del sistema español es que el comprador suele elegir al notario, y los gastos notariales se reparten entre comprador y vendedor.
También hay que tener en cuenta el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP), que ronda el 10 % del precio de compra.
Esta libertad de elección permite seleccionar un profesional competente y ágil, pero exige informarse bien antes de decidir.
Una práctica notarial modernizada
España ha modernizado considerablemente sus procedimientos notariales en los últimos años.
Hoy en día, es posible firmar la escritura por poder o incluso electrónicamente, lo que facilita enormemente las gestiones a los compradores extranjeros.
Esta flexibilidad contrasta con el sistema francés, donde los trámites siguen siendo más estrictos y, a menudo, más lentos.
Conclusion
Comprar una propiedad en España exige comprender bien las diferencias en el papel del notario.
El notario español sigue siendo un actor esencial, pero su intervención es más formal que protectora.
Para garantizar la seguridad de tu compra, es muy recomendable rodearte de profesionales de confianza —un abogado, un agente inmobiliario o un asesor especializado— que verifiquen la documentación antes de la firma.
Tomar esta precaución te permitirá abordar tu proyecto inmobiliario en España con tranquilidad, confianza y seguridad.